Radio

10 de enero de 2015

HIPÓLITO CUÉNTANOS EL DE ALIBABÁ Y SUS CUARENTA LADRONES

En un discurso pronunciado en una cadena de radio y televisión, el ex presidente Hipólito Mejía declaró su intención de competir por la candidatura del Partido Revolucionario Moderno, con sus hasta ahora contrincantes, Ramón Alburquerque, Luis Abinader y Geanilda Vasquez.


La locura desatada en la política dominicana con el tema de las precandidaturas, ha llevado al ridículo de ver a un grupo de personas compitiendo dentro de un partido que no existe estructuralmente y se aboca a lo mismo de siempre: armar dentro de ellos la ¨fiesta de los monos¨, donde todo terminará a ¨rabazos¨ limpios.

Ahora, a lo que queremos referirnos es al planteamiento de quien le escribió ese discurso a Hipólito, en el sentido de que se lanza detrás de la candidatura presidencial de su inexistente partido, para ¨rescatar al país de los que lo han saqueado¨.

Como estos energúmenos juegan a la amnesia que caracteriza al pueblo dominicano, le vamos a recordar a Hipólito Mejía, algunos de los casos que fueron titulares de primera plana en su gobierno y la respuesta que dio a la actuación gansteril de los que lo rodeaban.

El entonces Mayor Pedro Julio Goico Guerrero (Pepe) fue sometido a la justicia acusado de instalar un aparato, en asociación con el haitiano Frederick Marzouka, en el globo de los sorteos de la Lotería Nacional en la administración de los Antún, para echarse los premios de la Lotería Nacional, por esta causa fue retirado del ejercito y enviado a Najayo por un año como preso preventivo.

Desde que salió de la cárcel se fue a trabajar con Hipólito y se convirtió, gracias a los atropellos y abusos con los medios de la prensa, en un personaje importante dentro del cuerpo de seguridad del entonces candidato, a donde llegó a ser encargado de la custodia civil y canal de comunicación con los reformistas de Quique Antún, grupo al que pertenecía cuando decía ser balaguerista, lo que produjo el acuerdo de traición a Balaguer, que se realizó en la casa de Leo Matos Berrido.

Este señor, que por sus acciones, había sido retirado de las Fuerzas Armadas y era un civil en libertad bajo fianza, cuando gana el señor Mejía y se convierte en presidente, le pone de nuevo el uniforme, lo asciende de rango y lo encarga de la avanzada presidencial entregándole, entre otros cosas, la tarjeta de crédito del Baninter que después se hizo famosa y el pueblo le cambió el nombre a PepeCard.

¿Qué era la PepeCard? pues una tarjeta de crédito sin limites, sin fecha de corte y sin pagos programados, ya que sus consumos iban directamente a la famosa contabilidad clandestina del quebrado Badinter, con la cual el señor presidente Mejía pagaba todos tus gastos personales y los caprichos de el y sus colaboradores mas cercanos.

Con la PepeCard se pagaban viajes como el Ucrania a donde fueron a hacer el ridículo de hablar de una fabrica de aviones y tractores, de parte de un proveedor quebrado y cerrado hace anos como los Tupolev, los perfumes, que son debilidad, del ex mandatario, la ropa interior de las novias y esposas de los relacionados (existen pruebas en la prensa de esta afirmación), los relojes de lujo que se regalaban a todos los integrantes del ¨impoluto¨gobierno de Mejía y miles de cosas mas, porque al final ¨a lo que nada nos cuesta hagámosle fiesta¨.

Y adivinen ustedes quienes están pagando los gastos de la PepeCard, pues los millones de dominicanos que pagamos impuestos y tenemos que aportar dinero de nuestros bolsillos para disminuir el deficit cuasi fiscal del Banco Central, lugar donde fueron a parar esas cuentas que bailaron otros y pagamos nosotros. 
Recuérdese que quien acusa a Pepe Goico de una estafa de mas de 400 millones de pesos es el Baninter en el año 2002, y que la investigación ordenada a las Fuerzas Armadas terminó, cuando el señor Goico advirtió desde la habitación donde estaba confinado en la entonces Secretaría de las Fuerzas Armadas: ¨si caigo no caeré solo¨.

Lo que desató el pánico en los funcionarios del gobierno de Mejia, comenzando por el mismo ex presidente, y provocó que el entonces fiscal Maximo Aristy Caraballo, actual jefe de campaña de Mejia en Higuey, calificara el expediente de estafa como correccional, algo nunca visto en los anales de la justicia dominicana.

En conclusión Hipólito Mejia, al coronel acusado de estafa, lo premió enviandolo como sub jefe de la sexta brigada del ejercito en La Romana y tiempo después lo reintegró a su lado como si nada hubiera pasado.

Ni hablar del diputado de los chinos Radhames Ramos García, quien dice sentirse hijo de Hipólito, y después de ser nombrado cónsul en Cabo Haitiano en solo un año otorgó mas de 19 visas que le dejaron como beneficio por encima de dos millones de dólares.

Y no solo eso, se dedicaba a transportar ilegales chinos a través de la frontera, los cuáles llegaban a territorio dominicano en el vehículo asignado a este funcionario y con placa diplomática.

Resultado: protección de parte de Mejía en el Congreso para evitar que se le retirara la inmunidad y por ahí anda el ¨hijo¨del ex presidente todavía vestido de diputado y sin que se haya hecho nada por los actos dolosos que cometió en su gestión en Haití.

El caso de Silvio Carrasco, quien fue director del Indrhi es demostrativo de la actitud de quien dice ser paladín de la lucha contra el dispendio cuando ejercía la presidencia de la República.

A este se le demostraron los gastos en viajes personales al exterior, compra de una flotilla de vehículos para regalarlos a sus amigos, alquileres de mas de 20 apartamentos de lujo para los funcionarios de esa institución, compras de supermercados para las casas de sus protegidos y otras lindezas pagadas con el dinero de la institución que dirigía, es decir, con fondos públicos.

Escuchen la respuesta del señor Mejia cuando se le pregunto sobre el tema: ¨ese funcionario tiene todo mi apoyo y respeto……ese es un funcionario que se queda ahí…se queda ahí ese funcionario aunque haya dispendio….¿tamo claro?¨.

Estos solo son tres de los muchos casos de narcotraficantes revestidos de decretos presidenciales, contrabandistas protegidos por el poder, ayudantes civiles muertos al estilo del crimen organizado de México, un capitán llamado Quirino como jefe y acompañante de la campaña de Mejia en el sur del país y muchas otras acciones que seguiremos dilucidando, ahora que este ´santo varón¨ se plantea ser candidato nueva vez a la presidencia de la República.


Nota: las minúsculas que usamos cuando nos referimos al ex-presidente Hipólito Mejía son un homenaje al relajo en que convirtió los símbolos del poder en la República Dominicana, eso fue ese señor, un presidente con (p) minúscula.

Escrito por: Humberto Salazar

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