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19 de marzo de 2012

¡Paren ya, por favor, Danilo ganó!

Aristófanes Urbáez
elroedor2046@hotmail.com.ar
ListinDiario.com.do

“Es absurdo pretender que la ciencia puede ser válida prácticamente, pero no teóricamente, porque es válida prácticamente si lo que predice acaece, y si nuestras reglas (o algunas sustitutas) no son válidas, no hay razón para creer en las predicciones científicas”.
-Bertrand Russell-

La doxología es una ciencia: la ciencia de las encuestas; pero ciencia al fin, jamás una especulación. No es ciencia fáctica, pero aunque tú no sepas, es una ciencia formal, estadística, matemática, cuyo ‘determinismo’ o principio causal (causa=efecto) es “absolutamente rígido”, como la gravedad que atrae a la manzana, siempre que la metodología sea correcta.

Nuestros sabios son dudosos, sin importar en la ciencia que lo sean, pero en ciencias sociales, donde el principio causal es mucho “más elástico”, dichos ‘sabios’ son inútiles. La Iglesia Católica, la nuestra, es la primera que duda de los milagros y para llevar a la “santidad” o “canonización”, exige una “repetición” verificable.

Dejemos el ‘pontificismo’ y ese “absolutismo ‘científico’ vacuo. Danilo, al menos que se adelanten el Apocalipsis de San Juan o las profecías mayas, ya ganó las elecciones. No nos ofendamos más. Paremos las agresiones, el negativismo y el escepticismo. El sanjuanero ganó. En ningún lugar ni antes ni ahora, ni en magia, ni en la realidad, siete encuestadoras se han combinado para mentir.

No existe esa evidencia. No hay forma. Danilo ganó el 20 de mayo. Las encuestas, que sólo creemos en ellas cuando nos convienen, jamás fallan. No fallaron en Rusia, Argentina, Brasil, Perú, Venezuela, Irán, Israel, Guatemala, Panamá, El Salvador, EEUU, Líbano, Puerto Rico, Honduras, Australia, España, Paraguay, Uruguay, Francia, Albión, Ucrania, Japón, Italia, México, Holanda, Canadá, Colombia. ¡En ninguna parte en que tres encuestadoras han dado a un candidato ganador, han fallado! ¡Aquí han sido siete! No fallarán. Es ciencia pura, querido Rubén.

¡Ya Guillermito se rompió hasta la boca! Esto es irreversible. Es definitivo. Ya no ofendan, no ofendamos más a nuestros amigos.

A los míos yo no los ofendo ni por política, ni por religión, ni por dinero. Me lo dijo “mi caudillo” don Juan: “Con tus amigos, ni hagas negocios, ni discutas de religión, ni de política, porque son las tres cosas que más separan a los seres humanos”.

Con mis familiares, hijos, hermanos, tíos, sobrinos, mi Rafy y mi Wilson, mis guardias y mis policías, jamás discuto de política.

Hablamos, y si es amigo (no soy amigo de todo el mundo, porque primero hay condiciones como honrar padre y madre, mantener a los hijos; no golpear a las mujeres y ser decente, no pícaro), mejor me callo. “No hay cosa que duela como la verdad”, me decía mi santa madre y filósofa china preferida, en el cielo esté, la Vieja Empera.

“Por la verdad murió Cristo”, me dijo siempre. Y mi padre y sor Rosario Sastre-Merinero: “Di siempre la verdad; no es el parecer, es ser”. Por mi dignidad que escribiré y hablaré, pero no de política.

2.- Danilo Ganó.-
Ya Danilo ganó. Habrá caravanas, seguirán las arengas y las ofensas y el esfuerzo de los candidatos. Hablaré de política el 21 de mayo. ¡Jamás y en ninguna parte, siete encuestas bien hechas, se han equivocado! Sigan buscando sus votos mano a mano a ver si se da “el milagro”; pero no se ofendan más y sobre todo, respeten la vida humana.

Nadie es Dios para quitarla. Esa será mi meta: seguir escribiendo, analizando, luchando por dejar un mundo y un país mejor, más justo y más humano, que el que a mí me dejaron de herencia.

Bienaventurados mis amigos, porque me han hecho el camino más liviano; los buenos, cuya lucha no es en vano; los míos, que son la sal de mi tierra; mis lectores, que hasta sus insultos me ayudan a crecer; los mediocres, que me han enseñado a ser generoso y no mezquino como ellos; los que me han dado portazos en las narices chatas, que me han enseñado a no darles portazos a quienes alguna vez he dicho que son míos; a los ladrones, que me han enseñaron a mantener las manos limpias y a comprender que el dinero no es la vida y contradecir a John Rocquefeller, quien dijera en sus Memorias que “la vida buena es cara; hay una más barata, pero a nadie se la recomiendo”.

Gracias, por hacerme consciente de que mi vida barata --nunca he tenido una cara--, es la mejor del mundo y que todos los que me conocen saben que no la deseo, porque detrás de cada vida cara, como dijo Sir Bernard Shaw, “hay un crimen”; gracias, por ayudarme a no ser criminal. Gracias a Jesucristo y a don Juan, por enseñarme que “la verdad, en mano de los buenos, es un arma invencible”.

3.- A Hipólito.
A papá HM, le pido perdón si lo he ofendido con mi rispidez.

Pero ya perdió. ¡Dios mío, gracias, me he quitado esta “carga” de encima!

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