Hace unos días leía que "el perdón es algo curioso; calienta el corazón y enfría la picadura". "El perdón no nos viene fácil a la mayoría de nosotros y que cada vez que alguien nos lastima, quedamos con un sentimiento de herida, ira y venganza. Nos es muy difícil pasar por alto la herida que alguien nos ha infligido. Pero el perdón no es olvido, es simplemente soltar la herida. No es algo que damos a otros sino a nosotros mismos", decía el texto que leí.
Y es que perdonar es básico para poder disfrutar de una vida más plena, es entender que nosotros somos quienes dejamos que las situaciones o personas nos afecten, es analizar las razones por las cuales reaccionamos de determinado modo o bien nos compartamos groseros, soberbios, irritados con todas las demás personas en nuestro camino. Perdonar a los demás es básico, pero créame, perdonarnos a nosotros mismos nos ayuda a soltar, a viajar más livianos para que podamos seguir adelante en el camino adecuado y con menos obstáculos hacia nuestras metas, objetivos, proyectos de vida y laborales. Sin dejar de lado lo más importante: que aporta que seamos mejores personas y tengamos una vida más placentera.
En el libro de tareas diarias de Una vida mejor de Joel Osteen, varios capítulos son dedicados al perdón. De todo lo que ahí se menciona he agrupado las ideas principales y me han resultado 7 reflexiones que te comparto para que de una vez por todas te decidas a dejar el pasado atrás y perdonar.
"Cuando se cierra una puerta, hay otra que se abre. Pero muchas veces nos quedamos mirando la puerta cerrada durante tanto tiempo que no vemos la que se abre delante de nosotros", Alexander Graham Bell. A todos nos suceden cosas quizás nada agradables o que no estaban en nuestros planes y todos podemos echarle la culpa de cómo nos sentimos a los demás o a las circunstancias. Quizás las razones que tengas sobre porqué te están sucediendo esas cosas son válidas y todo lo que estás experimentando no es precisamente lo que desearías haber vivido. De pronto se trata de una enfermedad, un negocio frustrado, una relación que terminó, la traición de un amigo, una baja en tus ingresos y demás. La cosa es que si deseas salir adelante no puedes estar concentrándote solamente en esas situaciones que desde ya forman parte de tu pasado, debes dejarlas de lado, liberarte de los "por qué a mí" y la mentalidad de víctima y cambiar de canal, así como lo haces cuando te encuentras algo en la televisión que no te agrada, simplemente tomas el control remoto y cambias de canal. Cámbiate a lo positivo, a dejar de quejarte y a concentrarte en dar lo mejor y entender qué es lo que debes hacer para salir adelante. Recuerda que como aprendiste en otras columnas, los pensamientos y las palabras definen nuestro futura y nuestra realidad. Así de simple, ¡tú decides!
Fuente : http://m.huffpost.com